Los chicos crecen en el lado contrario de la vida donde no existe ni justicia ni verdad. Y como duele tanta tristeza en sus sonrisas es tan difícil aceptar la realidad a donde el hambre ya es costumbre a la deriva a los costados de cualquier ciudad.
Que no ven que no oyen que no sienten Que más da si siempre estuvo ahí. Que no ven que son niños no pueden esperar. ayudemos a que empiecen a volar en sus alas llevan nuestra libertad.
Están descalzos van caminando hacia lo incierto por el camino de su triste realidad Si yo pudiera darles más que una moneda. Pero no alcanza con un pedazo de pan. Y van perdiendo, van sufriendo, están creciendo en cunas de cartón y soledad.