Resultan superficiales todos los intentos de serenidad, encandilado con mi tranquila destruccion de los cimientos ya asimilados. Me niego a roer el hueso hasta tragarlo, tragar no sólo el si, sino tambien el no oculto. Déjame oir el cinico acento con el que tu describes y dar paso, a lo oscuro hudiendome en mi espesa nube de humo. Al gran final de fiesta he llegado, en el que el payaso arranca la cabeza al público. Quizás si me dejais el disfraz, no quede ni yo vivo.