Me enamoré, me enamoré, me enamoré,...me enamoré. Me enamoré de tu risa, tu pelo, tu cara, paisaje del cielo. De lo verde de los campos, del aire, del sueño, del hombre que anhelo. Cantaba el amanecer y me bañaba un lucero, cantaba una gran verdad, si no me besas, me muero. Me enamoré, me enamoré, me enamoré.
La soledad, la soledad, la soledad,...mi soledad. La soledad me acompaña, de noche, tu ausencia, me mata y me hiere. Lo que robamos al tiempo, tus besos, mi miedo,la escarcha de Enero La soledad me enseñó a amarte sobre los celos, a perseguir tu pasión y a refugiarme en mi credo. La soledad, la soledad, la soledad.
Tú qué me das, tú qué me das, tú qué me das,...tú qué me das. Si yo te doy mi cariño, sincero, mi risa, mi boca de hielo. Te doy lo limpio del aire, mi sangre, mis ganas, mi aliento, mi velo. Te doy las flores de abril, lo que me escribe el encero, te doy la voz de jazmín, te doy un patio de arbero. Tú qué me das, tú qué me das, tú qué me das.
Libérame, libérame, libérame,...libérame. Libérame de lo negro, lo sucio, lo muerto, lo falso y lo necio. Y dame el son de los campos de Cadiz, lo blanco y el azul del cielo. Libérame del perdón, de los que nunca sintieron, de los que no ven amor, de los que son embusteros. Libérame, libérame, libérame.