Ella me dijo: ¿tú puedes, campeón! Yo pensé en mil vitrinas vacias, en mi cabeza la pura traición del campeón que se despierta al mediodía.
Se me apilaban las dudas como los platos en el fregadero, necesidad de inflamable flojera de hacer las cosas que no quiero. Y en mi cabeza rondando la melodía que quiero cantarte, espérate un momentito chiquilla, que la prisa mata al instante.
Te prometo que quito el fregado, pero antes: Déjame escribirte (x3 un borrón del color de un te quiero. Déjame escribirte (x2) el cuento del que no limpia el fregadero.
Me preguntó que si había quitao el fregao, la verdad fui sincero. Estoy metido en el bucle traidor de estampar y arrastrar los acordes a fuego. mucha cara y una pincelada de arte. Que trabajan con lupa y aumentan pa que las miguillas resalten.
Te prometo que quito el fregado, pero antes: Déjame escribirte (x3 un borrón del color de un te quiero. Déjame escribirte (x2) el cuento del que no limpia el fregadero.
Anda, pasa deprisa, respirar lento es mi constante. La obligación, un invento de idiotas que viven pa lo que les manden. Si tu sonrisa no es limpia qué más da si lo pago muy caro, una bronca de 15 minutos, un polvo y nos reconciliamos.
Te prometo que quito el fregado, pero antes: Déjame escribirte (x3 un borrón del color de un te quiero. Déjame escribirte (x2) el cuento del que no limpia el fregadero.