Un carro de carnicero todo color de esperanza. (bis) El cimbronear de la lanza al paso de los tronqueros De tiro va el cadenero sujetado a la culata, (bis) y entre tintes de escarlata el sol se aleja abatido, porque la noche ha encendido su farolito de plata.
Tranco a tranco entre penumbra su silueta recortando, sigue la chata avanzando camino del corralón, va colgando del pescate, balanceándose lustrada, con tachuelas dibujada la estampa de un corazón.
Las riendas en la derecha, entre tristón y altanero, (bis) canturreando va el carrero, con un clavel en la oreja, sombrero sobre una ceja, un pañuelito anudado, (bis) pantalón abombachado, blusa corta arremangada y sobre el pecho estampada, la inicial que le han bordado.
Casi envuelta por la sombra, siempre a tranco acompasado, chata criolla del pasado te vas para no volver. Y llevas en el pescante, marchando rumbo al olvido, al carrerito florido del Buenos Aires de ayer.