Le pregunté a la flor si tú me quieres mucho y contestó la flor que sí, otras que no. Y en esa incertidumbre de ver que no me quieres, mi corazón se muere de pena y de dolor. Cuando me dices sí renace mi esperanza y vuelvo a preguntar, celoso de tu amor. Entonces como un eco de tus mismas palabras, dice la margarita que no me quieres, no.
Dice la flor, dice que sí, dice que no. Igual que tú, me dice sí, me dice no. Cuando tu me besas yo me digo con razón, mintió la flor. Si después de un beso no me quieres, pienso yo, mintió el amor. Dice que sí, que sí, que sí, que sí, que no. ¿Por qué razón me dice sí, me dice no? No me digas nunca que jamás tu me darás el corazón, porque si no, me matarás.