Altiva y soberbia cual diosa pagana, pasaste a mi lado mostrando el rencor y desde aquel día yo se que he perdido la gloria inefable de un sueño de amor.
No extraño tus besos que fueron fingidos, ni extraño tus labios de raro dulzor, ni me sorprende tu enorme falsia que ha traicionado mi amor.
Ojos que fueron estrellas que guiaron mi alma, que me roban calma si me niegan crueles cuando ansioso busco su mirar de amor ojos que las redes donde prisionero te adore sincero y me has hecho esclavo al poner en mi alma la ilusión azul.
Pero tu alma desdeñosa y fria no sabia de amores para mi dolor. Fueron tus ojos que me mintieron tan engañadores, como el fulgor.
Y ahora arrastro la cadena del recuerdo triste del pasado hermoso al vivir dichoso en los dorados brazos de aquella ilusión.