La cumparsa de miserias sin fin desfila en torno de aquel ser enfermo que pronto ha de morir de pena, por eso es que en su pecho solloza acongojado recordando el pasado que lo hace padecer.
Abandonó a su viejita que quedó desamparada y loco de pasión, ciego de amor corrió tras de su amada que era linda, era hechicera de lujuria era una flor
Hoy ya solo abandonado a lo triste de su suerte ansioso espera la muerte que bien pronto ha de llegar. Y entre la triste frialdad que lenta invade el corazón sintió la cruda sensación de su maldad.
Entre sombras se le oye respirar sufriente al que antes de morir sonríe porque una dulce paz le llega sintió que desde el cielo la madrecita buena mitigando sus penas sus culpas perdonó.