Veni hermano sentate a tomar café conmigo quiero conversar contigo a escucharme preparate. Escuchame, te lo imploro, tomá, fumá un cigarrillo con el humo del pitillo disimulo si es que lloro.
Perdona si te hago a vos victima para escucharme, es que quiero desahogarme... Mozo, ¡café para dos!
Vos sabés que yo he tenido mucha suerte en mis amores, que hoy ya son marchitas flores que pasaron al olvido, pero ahora estoy metido y bien caro estoy pagando, no es que me esté traicionando, ella es más pura que un cielo, pero con mis crueles celos yo la estoy martirizando.
Al hablar tiemble mi voz por la emoción que me embarga, son mis cosas tan amargas.... Mozo, ¡cafe para dos!
Tengo miedo que algún día ya cansada de torturas ponga fin a la locura de mi horrible celosía, más que miedo es cobardía lo que siento a cada rato, temo que en un arrebato ella resuelva dejarme si eso llegara a pasarme, ¡te juro que me mato!
Porque has de saber que yo no puedo vivir sin ella sus caricias son tan bellas... Mozo, ¡café para dos!