Yo soy el cantor de mi barrio que vino hasta el centro buscando olvidar. Con una guitarra templada y unos tangos viejos que aprendí al pasar. Mi nombre no tiene importancia, cantor del barrio me suelen llamar y nadie conoce mi pena, perdonen muchachos, les voy a contar.
Yo que a la vida le di el encanto de amar y perdiendo aprendí. Hoy, que la he visto pasar, sollozo al recordar mi vieja herida. Nunca le negué mi amor, fue perverso el querer, por ser bueno la amé. Y al verla así, como la vi, por esas calle de Dios yo voy vagando sin fe.
Yo soy un murmullo de barrio que canta su pena llorando al pasar. Un hombre que vive sin vida, que ha perdido todo por saber amar. Me dicen cantor en mi barrio, me piden que cante, no puedo cantar. Si tengo una pena tan honda, perdonen muchachos, quisiera llorar.