Te perdiste del rincón natal tras un sueño de distancia, sin pensar que allá quedaban los seres que te amaban y yo con mi inconstancia. Agonía de vivir sin vos o morir en un camino. Y me marché dejando atrás la maldición sobre los dos y este es el pago que me das.
Ahora no me conocés, me borró tu ingratitud. Aunque dejes mi alma trunca no podrás olvidar nunca lo de nuestra juventud. Algún día llorarás, todo el daño que me hacés. Te busqué sin darme paz, por cariño, nada más y ahora, no me conocés.
No se juega con un corazón, como vos lo haces conmigo. No pongas el gesto huraño, buscarte fue mi engaño y hallarte, mi castigo. Yo no sé como podés fingir este asombro en mi presencia, yo que soñaba esta ocasión, te vi pasar, te oí reír y se hizo trizas mi ilusión.