Por las tardes de sol y alamedas, San Juan se me vuelve tonada en la voz. Y las diurnas acequias reparten el grillo de mi corazón. Y las diurnas acequias reparten el grillo de mi corazón.
Yo que vuelvo de tantas ausencias, y en cada distancia me espera un adiós. Soy guitarra que sueña la luna labriega de Ullún y Albardón. Soy guitarra que sueña la luna labriega de Ullún y Albardón.
Volveré, volveré a tus tardes San Juan, cuando junte el otoño melescas de soles allá en el parral... Volveré siempre a San Juan a cantar.
Un poniente de largos sauzales me busca la zamba para recordar, esas viejas leyendas de piedra y silencio que guarda el Tontal.
Altas sombras de polvo y camino maduran el vino de mi soledad, cuando el sol sanjuanino, como un viejo amigo, me sale a encontrar cuando el sol sanjuanino, como un viejo amigo, me sale a encontrar.
Volveré, volveré a tus tardes San Juan, cuando junte el otoño melescas de soles allá en el parral... Volveré siempre a San Juan a cantar.