Solloza mi ansiedad... También mi soledad quisiera llorar cobardemente. Angustia de jugar y de repente, sin querer, perder el corazón en el torrente. Se queja nuestro ayer... Se queja con un tono de abandono que recuerda con dolor la noche del adiós... la noche que encendimos de reproches y el amor pasó.
Adiós... la triste y la más gris canción de amor. Ayer... el último y fatal ayer final. Fue mi desprecio, mi desprecio necio. Fue tu amargura, tu amargura oscura. Nuestro egoísmo nos lanzó al abismo y nos vimos de repente en el torrente más atroz. Torrente de rencor brutal y cruel que ya no ofrece salvación.
Se queja el corazón... Se queja con razón al ver lo que quedó de aquel pasado. Perfume de rosal rumor callado de cristal y todo es un nidal abandonado. Solloza el corazón... solloza como un niño sin cariño, sin abrigo ni ilusión. Y vuelve del adiós la tarde en que los dos fuimos cobardes y el amor pasó.