Se esconde el sol y las sombras se admiran al ver resplandor. Cerca el final del desierto de agua abriga traición. Desvivido, aturdido, asustado no encuentra razón. Sólo espera que un soplo de viento caliente el dolor.
Un día más se desvían las mentes hacia otro lugar. Donde el placer se convierte en nada para enloquecer. La tormenta de miedo agita las alas de un dios. Se estremece la angustia que reina en la soledad.
Buscas paraisos de ensueños de almas desconocidas que recuerdan la vida. Siembras de necesidad todo lo que dejas de lado intentando cambiar.
Lejos de andar por el cauce de un río que llega a crear olas que van recorriendo los días sin tregua que dar, anidando en el árbol que oculta la sucia verdad, recordando la flor marchitada que embriaga el amor.
Tienes que abrir la despensa de tu alma y de tu corazón para guardar los recuerdos que un día llegaste a encontrar. Hubo un tiempo en que el frío templaba los rayos de sol y una risa llenaba el vacío de tu interior.