Sentado en la terraza bajo el cielo ceniciento, tomando el desayuno frente al mar y contra el viento. Escucho a las olas debatirse en la playa, luchando contra el viento una eterna batalla. Te veo en mi cama, parcialmente iluminada. Te veo semiescrita en una cinta borrada. A veces, cuando cantas, me haces perder la cabeza. A veces me pregunto si te falta alguna pieza.
Ondina. * 6.
He roto el equilibrio de la mesa con mis piernas, y el café se desliza, y resbala entre tus piernas. Tus piernas, salpicadas, están cubiertas de escamas. Tus labios de coral se entrecierran y me llaman.