Como quien tira de una cuerda que se romperá, tirar, tirar, tirar, tirar, tirar... Como sin darse cuenta rozar un poco más, los ojos aún cerrados para no afrontar que el aire es de cristal, que puede estallar, que aunque parezca extraño, te quiero devorar. Que el aire es de crital, que puede estallar, que aunque parezca extraño, te quiero devorar.
En una esquina de su boca se dejó estrellar, como la ola que se entrega a la roca, perdida en el abismo de unas manos sin final, tan grandes que abrazaban todo su planeta.
Ahora no estás aquí, ahora no estoy aquí, pero el silenció es la más elocuente forma de mentir. Ahora no estás aquí, ahora no estoy aquí, pero el silenció es la más elocuente forma de mentir.
En tu silencio habita el mío y en alguna parte de mi cuerpo habitó un trozo de tu olor, en tu silencio habita el mío y en alguna parte de mis ojos habitó un trozo de dolor. Ahora estás aquí, ahora estoy aquí, abrázame para que piense alguna vez en ti. Ahora estás aquí, ahora estoy aquí, abrázame para que piense alguna vez en ti.
En tu siilencio habita el mío y en alguna parte de mi cuerpo habitó un trozo de tu olor, en tu silencio habita el mío y en alguna parte de mis ojos habitó un trozo de dolor. En tu siilencio habita el mío y en alguna parte de mi cuerpo habitó un trozo de tu olor, en tu silencio habita el mío y en alguna parte de mis ojos habitó un trozo de dolor.
Que el aire es de cristal, que puede estallar, que aunque mis labios no hablen, te quiero devorar.