Se atora el tango en sus venas y en mis penas se arrincona. Y en el sonar que desgarra se hacen garra sus aromas. La flor ausente del amor en mi dolor clavó su espina. Ya nunca más he de volver a su querer, ni a aquella esquina. Se atora el tango cansado y a su lado muero yo.
Hoy al recordarla, en el alma siento que llegan lamentos de amores lejanos. Y en los bandoneones noto que enredadas las notas cansadas me dicen hermano. Hoy al recordarla iré en mi locura por calles oscuras que saben mi angustia. ¡Qué noche más triste!, surgen los recuerdos y en sombras me pierdo llorando su amor.
Se atora el tango en sus venas, y en mis penas se hace herida. Siguen sus notas tristonas que asoman a mi vida. Mientras solloza el bandoneón mi corazón se desespera. Porque no encuentra en su dolor aquel calor de la que espera. Se atora el tango cansado y a su lado muero yo.