Es de noche, pasa rezongando el viento que dobla los sauces casi contra el suelo en el fondo oscuro de mi rancho viejo, tira'o, sobre el catre que he hecho de tientos, aguanto las horas que han de traerme el sueño. Y las horas pasan y yo no me duermo, ni duerme en la costa del "bañao" el "tero" que a ocasiones grita no se que lamento que el chacal repite desde allá muy lejos.
Pucha que son largas las horas de invierno!
A través del turbio cristal del recuerdo van mis años mozos pasando muy lentos, y después que gozo si a vivirlos vuelvo pensando en los de ahora no se lo que siento: novillos sin guampas, yeguas sin cencerro, potros que se doman a fuerza'e cabestro, bretes que mataron los lujos camperos, gauchos que no saben de vincha y culero patrones que en auto van a los rodeos
Pucha que son largas las noches de invierno!
La puerta del rancho tiembla porque el perro tirita contra ella de frío y de miedo... To'ito es hielo afuera, to'ito es frío adentro, y las horas pasan y yo no me duermo; y pa' p'ior, en lo hondo de mi pensamiento brillan encendidos dos ojos matreros que persigo al "ñudo" pa' quemarme en ellos... Son los ojos brujos que olvidar no puedo, porque ya pa siempre me han robado el sueño.