Has vuelto a poner esa cara llenándome de interrogantes, sabes que lo haces bien.
¿Quién podrá soportar la presión de salir contigo en la foto rompiendo tu gama de color pastel?
¿Quien aguantará esa risa irritante pintada por Toulouse Lautrec? Ya se que eres la más guay, te haremos un palacio en las ramas de un bonsai.
Pero te voy a matar cuando me acabe de peinar, no admite discusión, no se puede negociar. Te voy a matar cuando me acabe de peinar, no admite discusión, no se puede negociar.
Has vuelto a llamarme esta noche, cruzando mi madrugada, quizás para decirme que me has visto otra vez en la emisora de moda, con una camisa de piñas. Y dices que ahora o nunca nos volveremos a ver.
Y si al final te vas, volveremos tus hombritos a través de una postal de Hawaii, ya ves, nadie te echará de menos, menos tú, en las playas de Honolulu.
Pero te voy a matar cuando me acabe de peinar, no admite discusión, no se puede negociar. My love. Te voy a matar cuando me acabe de peinar, no admite discusión, no se puede negociar.
Y cuando pienses en mi me envidiarán todos los hombres del mundo. Y a quien yo amaré te observará y querrá ser como tu, Miss Honolulu.