En el sendero de mi vida triste hallé una flor que apenas su perfume delicioso me embriagó. Cuando empezaba a percibir su aroma se esfumó así vive mi alma triste y sola, así vive mi amor.
Queriendo percibir de aquella rosa su perfume y color que el lloro triste de mi cruenta vida cegó. Como la rosa, como el perfume, así era ella; como lo triste, como una lágrima, así soy yo.