Se lo llevaron todo, los sueños, los campos la infancia. Se lo llevaron todo al bosque bajo mil lanzas. Marcaron los pasos del camino con furia. Y cimentaron la desgracia. Se lo llevaron todo, dejaron mi cuerpo llorando a la luna. Como un fruto vacío, rebosando negrura. En la oscuridad del tiempo, nadando en las dunas. Se llevaron todo y robaron la voz del pueblo. A golpe de cruces, a golpe de odio, a golpe de miedo. Se lo llevaron todo pero no pudieron atrapar la inmensidad del mar del cielo. Se lo llevaron casi todo menos tus manos en mi cuello. Menos todos los besos almacenados en invierno. Se lo llevaron casi todo menos los años eternos. Respirando sin fragmentar el tiempo. Se lo llevaron casi todo menos las tardes del otoño. Menos la amplia primavera palpitando en cada poro. Se lo llevaron todo y robaron la voz del pueblo. A golpe de cruces, a golpe de odio a golpe de miedo. Se lo llevaron todo pero no pudieron atrapar, la inmensidad del cielo. Se lo llevaron todo y robaron la voz del pueblo. A golpe de cruces, a golpe de odio, a golpe de miedo.