Verdaderamente es digno bendecirte, Oh progenitora de Dios, Siempre bienaventurada y purísima Madre de nuestro Dios. Tú eres más venerable que los Querubines E incomparablemente Más gloriosa que los Serafines, A Tí que sin mancha Diste a luz al Verbo de Dios Y que verdaderamente Eres la Madre de Dios, A Tí engrandecemos.