Hijo del pueblo, te oprimen cadenas y esa injusticia no puede seguir, si tu existencia es un mundo de penas antes que esclavo prefiere morir. Esos burgueses, asaz egoístas, que así desprecian la Humanidad, serán barridos por los anarquistas al fuerte grito de libertad.
Rojo pendón, no más sufrir, la explotación ha de sucumbir. Levántate, pueblo leal, al grito de revolución social. Vindicación no hay que pedir; sólo la unión la podrá exigir. Nuestro pavés no romperás. Torpe burgués. ¡Atrás! ¡Atrás!
Los corazones obreros que laten por nuestra causa, felices serán. Si entusiasmados y unidos combaten, de la victoria, la palma obtendrán. Los proletarios a la burguesía han de tratarla con altivez, y combatirla también a porfía por su malvada estupidez.
Rojo pendón, no más sufrir, la explotación ha de sucumbir. Levántate, pueblo leal, al grito de revolución social. Vindicación no hay que pedir; sólo la unión la podrá exigir. Nuestro pavés no romperás. Torpe burgués. ¡Atrás! ¡Atrás!