Mamá está en la cocina, papá viendo la televisión, y tú estás en tu agujero escuchando a los Stones.
Enciendes un cigarrillo y miras hacia abajo, te apartas el flequillo y piensas que tienes que buscar trabajo.
Porque esta no es tu vida, y ésta no es tu casa, pareces un suicida cuando te metes todo lo que pasan los chicos de por aquí, los que no quieren dormir.
Con estrellas en los ojos, serpientes en los bolsillos y tu chaqueta de cuero rojo no pareces un chiquillo.
Y vas a un colegio de pago, veraneas junto al mar, tu padre se pregunta: ¿qué demonios he hecho mal?
Y yo no puedo evitar sentir cierta tentación de enseñarte un par de cosas sobre donde está la acción antes de que raspes la pared o te caigas del cartel.