Mira bien, todo va mal y todo está al reves, y tal vez no hay una segunda vez para mirar las rosas rojas del Edén.
Mira bien, que se abre el suelo bajo nuestros pies Y caerás no importa donde estes sobre las ruinas de la Torre de Babel.
De nuestro santo ya no queda nada, no te hemos dado lo que tu esperabas, roto el corazón, ahora sangra de dolor, cualquiera tolera a un cuerpo de invidentes que se ha encayado en este mar de gentes nada importa ya, nada tiene su lugar, se puede respirar, tanta desolación de lagrimas al viento, y va naciendo el mundo de la posesión.
Para mirar las rosas rojas de Edén, Mira bien que se abre el suelo bajo nuestros pies y caerás no importa donde estes, sobre las ruinas de la Torre de Babel.
Viejos estupidos e indiferentes masas de ricos e indigentes, paro de contar que no sabe a donde va.
Somos hijos de una tierra siniestro para apostar en pleno nuestros cuerpos juego de poder, sembrar fuego por doquier.
Dos hombres de razón, especie en extinción, ha muerto la conciendia y solo queda el eco de la decepción.
Abre los ojos antes del abismo que da lo mismo tu sufrimiento porque eres preso de tu egoismo.
No juegues con el pensamiento de la gente, que es lo que mata ser indiferente, no des la vuelta la tormenta, porque al final se acaba la cuenta.
Cielo, Cielo transparente en el mundo entero.
Todo va mal y todo está al reves, y tal vez no hay una segunda vez para mirar las rosas rojas del Edén.
Mira bien, que se abre el suelo bajo nuestros pies Y caerás no importa donde estes sobre las ruinas de la Torre de Babel.