Dejaste aromas de melancolía, esa nostalgia de camas vacías, aún llegan cartas tuyas al correo, en este corazón de frío invierno.
Dejaste frases inacabadas, dando un portazo que no me esperaba, perdimos la batalla en este juego y dimos jaque mate al desencuentro.
Mirando al mar ahogué mi desengaño en tonterías, ahogué tu libertad con lazos sin atar, cautivo de mis miedos.
Quisimos ser el aire, surcar juntos el cielo, en madrugadas que sin ti no son igual. Quisimos ser testigos del tiempo y sus caprichos, y lo que pudo ser ya no será, ya no será, ya no será, ya no será.
Lo que pudo ser.
Eché de menos hasta tu desorden, y ahora me cuesta pronunciar tu nombre, quizás tuvimos los ojos vendados y ahora el amor encuentre su aliado.
Desnúdate, como lo hace mi humilde melodía, tus lágrimas de sal son sueños de cristal y frágiles recuerdos.
Quisimos ser el aire, surcar juntos el cielo, en madrugadas que sin ti no son igual. Quisimos ser testigos del tiempo y sus caprichos, y lo que pudo ser ya no será.
Líbrame de culpa y de culpables, líbrame de amar, líbrame de amar a quien no sabe perdonar.
Quisimos ser el aire...
Quisimos ser testigos, del tiempo y sus caprichos, y lo que pudo ser ya no será, ya no será, ya no será, ya no será.
Lo que pudo ser...
Ya no será, lo que pudo ser.
Quisimos ser el aire, surcar juntos el cielo, el azul de tus ojos de cielo...
Dejaste aromas de melancolía, dejaste aromas de melancolía, de melancolía.