No me duele decirlo que he tenido tu pelo entre mis dedos que he tenido tu boca recorriendo mi hombro y la he perdido que aprendí cada pliegue de tu cuerpo y tu silencios y tus pasos al llegar al jardín al entrar en la casa jugando con el perro no me duele decirlo no me duele decirlo que abrazaba tu sombra sin quererlo que seguía tu rastro por decir que te quiero o que estoy solo por sentir la tibieza de tu cuerpo temblando entre mis dedos por oír tu pisada en el jardín y entrar en el salón diciendo estoy aquí y eras fiel lo sabia y por eso una mañana la rutina apareció en la casa con su vestido nuevo y sin quererlo se fueron ahondando los silencios y en silencio vi que preparabas la maleta y al cruzar el portón no volviste a mirar, quizá por no llorar