Una mañana te levantas y descubres que las nubes son negras y que duelen sus perfiles, sientes peso en el centro de tu pecho matarile, hace falta llorar corre, venga, vete, dile, que lo vuestro ha acabado por el bien de los tratados, volveréis a volar.
Hace tiempo que no siento lo que escribo, lo que pienso. Tanto tiempo que no sueño ¿Eres tú mi contratiempo? Hay milagros en el tiempo, hay cigarros apagados, hay amigos que se esfuman de las puntas de las manos.
Cada vez que miro al cielo, me pregunto si hace un año era yo o era el destino, la paciencia en el camino. Cada vez que pienso en ello, cada vez que me abandono, me sorprendo y no comprendo por qué casi nunca lloro.
Decisiones complicadas, en el alma me pegabas con tus celos, tuc excusas, tu cabeza en la capucha. Los ojitos venenosos de los niños cariñosos, caprichosos, reaccionarios y cobardes en rebaños.
Las palabras dolorosas casi nunca son hermosas, eres malo, engreído te mereces un castigo. Ha dejado en mi cuerpo el dolor de tu veneno, ahora quiero más que muerto reducirte al recuerdo.
Son las cosas de las flores, vidas en varios colores, son las cosas del otoño, las castañas los marrones. Como no somos perfectos moriremos como insectos. ¿Tiempo somos?¿Lo queremos? ¿Cuánto queda para que se acabe el cuento?
Como loco Baile mucho Que las cosas duran poco Que las cosas son caprichosas
No importa nada tanto como andar. No duele nada tanto como dejar de bailar. Y bailar y bailar y bailar.