Como todos los incautos llevo el signo de Caín, y si alguien te hace daño sabré hacerle sufrir. Tengo un mapa del abismo escrito en una canción y un agujero negro abierto en el corazón.
Pero cuando tú apareces se desvanece el dolor, y no necesito a nadie porque sé que como todas las noches nos perderemos los dos buscando algún paraíso artificial.
Sé que esta noche mi mente es más ligera que el aire. Con todo lo que he tomado podría fundir el sol. Para que no me recuerdes que he perdido el control llevo siempre un libro encima, coartada de este horror.
Pero cuando tú apareces se desvanece el dolor, y no necesito a nadie porque sé que como todas las noches nos perderemos los dos buscando algún paraíso artificial.
Ando siempre con extraños. La corriente lleva al mar y me iría con cualquiera de aquí a la eternidad. Si el verano fue una playa, el invierno fue un cuartel, pero la vida no engaña: todo es la misma piel.
Y eso que cuando apareces se desvanece el dolor, y no necesito a nadie porque sé que como todas las noches nos perderemos los dos buscando algún paraíso artificial.
¿Cómo podría alcanzarte para ser igual que tú, si he vivido siempre al este del Edén? Si como todas las noches nos perderemos los dos buscando algún paraíso sin cerrar.