Desde África aquí llegan en patera, de Sudámerica vienen para plagar nuestras tierras, desde los países del Este van cruzando las fronteras, desde Francia entran a España, la coctélera está llena.
Tu país está mutando a pasos agigantados, a ver si va a resultar que ahora yo soy el extraño. Los políticos bastardos bombardean con sus mentiras, la clase obrera está ardiendo, rebentaremos de ira.
Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda. Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda.
Desde las grandes ciudades hasta los pequeños pueblos, esta gangrena se extiende y estás condenado a verlo. Árabes trapicheando y chinos en los comercios, me he despertado en Perú, increíble no lo entiendo.
Los políticos son sus aliados, para ganarse sus sucios votos, codiciados por los putos empresarios, pues se conforman con poco. Nada más pisar España se atiborran de derechos, mientras en sus países viven acinados como puercos.
Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda. Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda.
Todos vemos las noticias de la prensa, en España la natalidad aumenta, ¡guachupinos! Unos búlgaros mafiosos detenidos, tú recuerdas los disturbios del Ejido.
Siempre quedan retrasados que les dan la bienvenida, siempre habrá asociaciones para darles acogida, sacarán de tus impuestos sus prestaciones sociales, llega una horda de yonkis, parásitos y criminales.
Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda. Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda.
Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda. Ha llegado ya el momento de amurallar todas las fronteras, que ondee la bandera al viento, tan soberbia que el invasor retroceda.