Todo sigue ahí tal y como lo dejé; la hierba, por fin, ha crecido en el jardín.
¿Cuánto tiempo fue?, ¿hace cuánto me marché?, ¿cuántas noches que sólo pensaba en volver, en volver, en volver, en volver a acabar lo que no acabé, y a volver a despertar en mi viejo rincón?
Hay un dicho que cuenta la gente de aquí: "No debes marchar si una rosa ha de llorar."
Yo ya descubrí que tan sólo una vez puedes confundir el amor con el placer, el placer, el placer, el placer, los labios de una mujer, y de mi ventana ver cuando el sol va a nacer.
Esas piedras que sostenían a mi hogar se han ganado ya el derecho a descansar.
Esas gentes, hoy, no son las mismas de ayer, en sus ojos ves que te dan las gracias por volver, por volver, por volver a acabar lo que no acabé, y a volver a despertar en mi viejo rincón, mi viejo rincón. (x3)