Música: Maruja Pacheco Huergo Letra: Virgilio San Clemente
En la tarde que en sombras se moría, buenamente nos dimos el adiós; mi tristeza profunda no veías y al marcharte sonreíamos los dos. Y la desolación, mirándote partir, quebraba de emoción mi pobre voz... El sueño más feliz, moría en el adiós y el cielo para mí se obscureció. En vano el alma con voz velada volcó en la noche la pena... Sólo un silencio profundo y grave lloraba en mi corazón.