Cuando la nena quiera caminar, se eche a andar y se caiga al tropezar, se tiene que levantar porque así mejora, la nena sigue avanzando, la nena no llora.
Cuando en el jardín otro chiquilín le saque un juguete, la empuje, la tire del pelo, la apriete y ella no interprete esa actitud invasora, la nena se defiende, la nena no llora.
Cuando se rían de ella por no actuar igual que otra gente, por pensar diferente y ser abierta de mente, y ellos desprecien lo que ella valora, la nena los ignora, la nena no llora.
No sé si irán al viento estas palabras, pero yo he escuchado al viento hablar.
Cuando no tenga a nadie cerca, y el dolor no la deje pensar, y si no están mis ojos para buscar respuestas, no llora.
Cuando se equivoque, cuando con sus limitaciones se choque y la sofoquen, ella asume los errores y se incorpora, la nena de eso aprende, la nena no llora.
Cuando por amor le duela el corazón y una tentación le nuble la razón, y descubra que no existe una persona salvadora, la nena se hace fuerte, la nena no llora.
Cuando se desmorone y cuando la mejor amiga la traicione y se decepcione, y sienta que una parte de su alma se evapora, la nena sabrá si perdona, la nena no llora.
No sé si irán al viento estas palabras, pero yo he escuchado al viento hablar.
Cuando no tenga a nadie cerca, y el dolor no la deje pensar, y si no están mis ojos para buscar respuestas, no llora.
Cuando le propongan algo irregular, cuando alguien con ella se quiera propasar, ella no renuncia a los principios que atesora, la nena no se calla, ni la nena llora.
Cuando sienta que no tiene fuerzas, que se muere, que nada tiene sentido y que nadie la quiere, la nena piensa en papá cantándole y no llora, la nena no se rinde, ni la nena llora.
Cuando no tenga a nadie cerca, y el dolor no la deje pensar, y si no están mis ojos para buscar respuestas, no llora.