Echo de menos la cama revuelta ese zumo de naranja y las revistas abiertas. En el espejo ya no encuentro tu mirada no besos en la ducha ni pelos, ni nada.
Entre nosotros un muro de metacrilato no nos deja olernos ni manosearnos.
Y por las noches todo es cambio de postura encuentro telarañas por las costuras.
Lo mismo te echo de menos, lo mismo que antes te echaba de más... Si tú no te das cuenta de lo lo que vale el mundo es una tontería, si vas dejando que se escape lo que más querías.
Echo de menos el crujir de tus tostadas sentir por el pasillo tu gato que araña.
En mi camisa llevo tu aroma preso y el rojo de tus labios por el cuello.