Es hijo malevo, tristón y canyengue, nació en la miseria del viejo Arrabal, su primer amigo fue un taita de lengue, su mina primera vestía percal. Recibió el bautismo en una cortada y fue su padrino un taita ladrón, se ganó el lao flaco de la muchachada que en una quebrada le dio el corazón.
¡Tango argentino!, Sos el himno del suburbio y en jaranas o disturbios siempre supiste tallar. Y que en los patios con querosén alumbrados los taitas te han proclamado el alma del Arrabal.
De tus buenos tiempos aún hoy palpitan "El choclo", "Pelele", "El taita", "El caburé", "La morocha", "El catre" y "La cumparsita", aquel "Entrerriano" y el "Sábado inglés". ¡Qué quieren aquellos jaileifes del Centro que te han disfrazao y te han hecho un bacán; serás siempre extraño en la aristocracia, en cambio sos hijo acá en tu Arrabal!
¡Tango argentino!, El de cortes compadrones, rezongos de bandoneones y sollozos de violín. Y que en los patios con querosén alumbrados los taitas te han proclamado el alma del Arrabal.