Trenzas, seda dulce de tus trenzas, luna en sombra de tu piel y de tu ausencia. Trenzas que me ataron en el yugo de tu amor, yugo casi de blando de tu risa de tu voz... Fina caridad de mi rutina, me encontré tu corazón en una esquina... Trenzas de color de mate amargo que endulzaron mi letargo gris.
¿Adónde fue tu amor de flor silvestre? ¿Adónde, adónde fue después de amarte? Tal vez mi corazón tenía que perderte y así mi soledad se agranda por buscarte. ¡Y estoy llorando así cansado de llorar, trenzado a tu vivir con trenzas de ansiedad... sin ti! ¡Por qué tendré que amar y al fin partir!
Pena, vieja angustia de mi pena, frase trunca de tu voz que me encadena... Pena que me llena de palabras sin rencor, llama que te llama con la llama del amor. Trenzas, seda dulce de tus trenzas, luna en sombra de tu piel y de tu ausencia, trenzas, nudo atroz de cuero crudo que me ataron a tu mudo adiós...