Era un perro callejero: no tenía más que venas. Dicen que murió hace tiempo, y todavía lo tengo cerca.
Sus padres, lo conocían sólo a medias, y decían que su hijo era un mal bicho, y ni la vida merecía.
No son putas, son princesas, y un castillo es tu pensión. Pon la cuchara en la mesa, que va a empezar la función. Si te cortan la cabeza, y te cuelgan de los pies, no veas la sangre que sale, y cómo te puedes ver.