Se acabó. El odio me royó la razón, con mi época estoy comprometido. Y el amor se fue volando por el balcón adonde no tuviera enemigos.
Y ahora estoy en guerra contra mi alrededor. No me hace falta ningún motivo; y es que soy maestro de la contradicción y experto de romper lo prohibido.
Y por eso los chiquillos ya se acercan a mí, que intento ser feliz. Y desde entonces de esta cárcel no me dejan salir, ni tengo adónde huir. Voy a hacer un butrón, que saque la cabeza fuera.
Sigo preso, pero ahora el viento corre alrededor. Por mis pecados, sigo preso. Carne y hueso. Si muere de hambre el mundo alrededor, tú y yo, total, de carne y hueso.
Por dinero, los maderos, ¡ay!, van detrás de mí, que intento ser feliz. Y abocado, a los tejados, me he mudado a vivir, por desobedecer, por ver al Sol salir, por sacar la cabeza fuera.
Sigo preso, pero ahora el viento corre alrededor. Por mis pecados, sigo preso. Carne y hueso. Si muere de hambre el mundo alrededor, tú y yo, total, de carne y hueso.
Necesito saber. Dime tu nombre, de dónde sale el Sol y de qué se esconde.
Si miro alrededor, no puedo comprender, me da pereza. Si hay algún escalón pa' dar un tropezón, voy de cabeza. Tú y yo en la habitación para que vuelva Amor: naturaleza. Hay un televisor en medio del salón. No me interesa.
Vente a la sombra, amor, que yo te espero; que tengo el corazón aquí con bien de hielo. Vente a la sombra, vente, amor, que yo te espero; que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo.
Se me cae la casa desde que se marchó. Y ahora ya sólo espero el derribo, y es que perdí la pista del eje del salón, y estoy continuamente torcido.
Y ahora sólo pienso en ella y no encuentro razones cuando su recuerdo se me clava entre las cejas, sueño con melones encima de la mesa.
Buscando mi destino, viviendo en diferido, sin ser, ni oír, ni dar.
Y a cobro revertido quisiera hablar contigo, y, así, sintonizar.
Sueño que empieza otra canción; vivo en el eco de su voz, entretenido. Sigo la estela de su olor, que me susurra: vámonos, vente conmigo.
Hay un desierto, hay un vergel lleno de flores de papel. Pensaba que sería frío el amanecer. Te equivocabas otra vez: Quemaba.
Llegó el verano y asoló la primavera, y el sol asfixia en tu jardín, y se le caen los pajaritos a la higuera, que ya no cantan para mí.
Abrí los ojos para ver; con el destino me encontré de cara.
Lo tengo todo a medio hacer. Me preguntaba si tal vez... mañana.
Vente a la sombra, amor, que yo te espero; que tengo el corazón aquí con bien de hielo. Vente a la sombra, vente, amor, que yo te espero; que tengo ya el cerezo en flor dentro del cuerpo.
Necesito saber. Dime tu nombre, de dónde sale el Sol y de qué se esconde.
Si miro alrededor, no puedo comprender, me da pereza. Si hay algún escalón pa' dar un tropezón, voy de cabeza. Tú y yo en la habitación, para que vuelva Amor: chorros de lefa. La buena educación de la televisión no me interesa.