Fabián Yo corrí para salvarme. Soy donde pienso, soy el margen, la frontera inexpugnable. El cimarrón al que el sistema mundo moderno neocolonial, lo indemnizó con la posibilidad de correr, de escaparse, de refugiarse, para matarme. En una tierra donde la arquitectura donde el amo con pizarrón, fusil, sotana y nariz respingada enseñaba que, el sacrificio y la propiedad significaban una mudanza histórica del fenotipo, una mudanza histórica de clase.
Michelle Te pasaste de la raya, huyéndole a la esperanza de tu naufragio, te saltaste, te cruzaste, te perdiste, ¿alcanzaste la luz del faro? Y quemaron tus manos
Fabián Yo corrí para salvarme. Soy el que se fugo, el que renuncio a la oferta salvífica de la democracia liberal, que decía que pasar de esclavo a siervo, de siervo a gobernado, de gobernado a educado establecía nuevas condiciones de contrato social.
Yo corrí para salvarme, en una primavera donde la religiosidad y la política migratoria ritualizaban la fertilización de la tierra, acordonaban mi libertad como un ciclo vital a ella.
Michelle Del otro lado te marcaron, desproporcionaron tu vida, fulgieron el ceño y te aislaron te agregaron tu descendencia a la periferia, te llenaron de droga, de podredumbre, de miseria, te encarcelaron y justificaron el hecho al abolengo de tu sangre
Fabián Por empleo, fui la libertad arrebatada por la servidumbre por endeudamiento. Por desempleo, fui el semblante útil para criminalizar la pobreza, Por la colonia de convictos aprendí que, la racialización en la fuerza de trabajo y la mano de obra de pies esclavos en la mundialización del progreso lineal, era el contrato para legalizar mi carne, era el contrato para deshumanizar mi carne frente a la administración, el derecho y el mercado.
R.e.a.l.i.d.a.d. Recibes roces de fronteras y dilemas y das en sueño vueltas que pegan, que queman, corres, nadas, vuelas en tu defensa, polizontes de ilusiones en cadenas, vueltas que pegan, nidas que queman, corres el daño, nadas pobreza, por eso vuelas, recibes roces de fronteras, lloras dilemas, polizontes de ilusiones en cadena
Fabián Yo corrí para salvarme. Sin mapa, sin dirección, buscando la alcancía, el fruto y el excedente en los rayos del sol, sediento, caminando desierto y surcando por las aguas de la expansión, desde al Magreb a las Canarias y Gibraltar, de Puerto Príncipe a Santo Domingo, y de Santo Domingo a San Juan, de Tegucigalpa a Culiacán, de Culiacán al Norte y de Norte a Canadá. Escapando a los radares, detectores de calor, aprendí a maullar, me disfrace de animal. Para ocultarme de la tropa colonial, los francotiradores, el Estado policial, la geopolítica del ciudadano y la identidad nacional.
Michelle Te arrastraste por debajo de las cercas Te arrastraste por encima de las cercas Te arrastraste en busca del cielo Te arrastraste reclamando tu existencia
Fabián Yo corrí para salvarme, devorado por el mar, enterrado bajo tierra, como triste asceta y con memoria de recluso, entrado al sacrificio y la tradición epistolar. Defendiendo lo pesos de la piel, mi vientre de la esterilización, mi ontología y mis sueños de los grilletes de sudor.
Michelle Saliste para no volver Te saliste para darte cuenta que el deseo de casa espera...
Fabián Yo corrí para salvarme. Para por la noches sentarme en el comedor, disfrazar a toda mi familia de consumidor y escupir en la tierra de convictos que ciudadanizo a los muertos y bendecir los festejos y los lamentos que se escuchan detrás del comedor.