Callejón, callejón, Lejano, lejano. Íbamos perdidos de la mano bajo un cielo de verano soñando en vano. Un farol, un portón -igual que en un tango- y los dos perdidos de la mano bajo el cielo de verano que partió.
Déjame que llore crudamente con el llanto viejo adiós. Donde el callejón se pierde brotó ese yuyo verde del perdón. Déjame que llore y te recuerde -trenzas que me anudan al portón- De tu país ya no se vuelve ni con el yuyo verde del perdón.
¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¿A dónde te has ido? ¿Dónde están las plumas de mi nido, la emoción de haber vivido y aquel cariño? Un farol, un portón -igual que un tango- y este llanto mío entre mis manos y ese cielo de verano que partió.