Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla. Es imposible callarla.
Llorra monótona como llora el agua, como llora el viento sobre la nevada. Es imposible callarla. Llora por cosas lejanas. Arena del Sur caliente que pide camelias blancas.
Llora flecha sin blanco, la tarde sin mañana, y el primer pájaro muerto sobre la rama.
¡Oh guitarra! Corazón malherido por cinco espadas. Federico García Lorca