Al son de tu majestad hoy pasar te vi por mi gran ciudad, y en vos descubrí que la copia sois de una que olvidé, y que, como vos, porteña fue…
Sois la flor de Buenos Aires, porteñita primorosa, digna nieta de la bella que paseaba majestuosa, en aquella gran aldea de ventanas coloniales y patrullas federales.
Sois la flor de Buenos Aires porteñita idolatrada, copia fiel de aquella estampa que hace tiempo que se fue.