Fué un ensueño de dulce amor, horas de dicha y de querer, fué el poema de ayer, que yo soñé, de dorado color, vanas quimeras del corazón, no logrará descifrar jamás, nido tan fugaz, fue un ensueño de amor y adoración.
Cuando las flores de tu rosal, vuelvan mas bellas a florecer, recordarás mi querer, y has de saber, todo mi intenso mal.
De aquel poema embriagador, ya nada queda entre los dos, doy mi triste adiós, sentiras la emoción, de mi dolor...