Al lánguido compás de un vals de Chopin, mi amor te confesé sin ver que más llamaba tu interés aquel vals. Por eso hoy mi canción a su mismo compás, te llora como un bien que ya jamás traerá a mi corazón su vaivén.
Fue como un loco volar de falena con giros y vueltas en torno al fanal que nos deslumbra y nos llena de un dulce mareo sutil y fatal... Juntos mi pecho y tu seno... los dos corazones, latiendo a la par, fijo, impasible y sereno ¡tu frío mirar!... ¡Quién me diría que toda la gloria, de aquella gentil posesión, era la efímera coda que al valse ponía mi loca ilusión!... Dócil tu mano en mi mano... ¡Mi brazo oprimiendo tu talle liviano y en tanto mi acento muriendo en el lento girar del valsar!...
Falena de salón. mi corazón también sus alas de ilusión quemó tenaz girando en aquel vals de Chopin... Borracho de pasión y ciego de querer, se lanza a tu atracción sin ver que más que un alma en ti, mujer, hay un vals.