- ¡Hola! - Buenos días, Anita. Soy yo, Gabriel. ¿Es muy temprano para llamarte? - ¡No, no! En mi casa somos madrugadores. - Bueno. ¿Cuándo es la obra de teatro esta noche? - Es a las nueve de la noche. - ¿Por qué es tan tarde? - Yo no sé, pero no es una obra muy larga. ¿Qué hora es ahora? - En mi reloj son las nueve menos veinte. Estoy ocupado en la oficina hasta más o menos las siete. - ¿A qué hora estás en el teatro? - A los ocho y media en punto. - De acuerdo. ¡Hasta luego! - ¡Hasta luego!