Cansado de llamarte, con mi alma destrozada, comprendo que no vienes porque no quiere Dios; y al ver que inútilmente te envío mis palabras, llorando mi guitarra te deja oír mi voz. Llora guitarra, porque eres mi voz de dolor; grita de nuevo su nombre, si no te escuchó; y dile que aún la quiero, que aún espero que vuelva, que si no vuelve mi amor no tiene consuelo, que solitario sin su cariño me muero. Guitarra, tú que interpretas en tu vibrar mi quebranto; tú que recibes en tu madera mi llanto llora conmigo, si no la vieras volver