Poseídas por el Dios de la furia y el demonio de la ternura. Salen de la cárcel mis palabras hacia la lluvia. Y sediento de luz te nombro hermano en mis horas de aislamiento, vienes derribando los muros de la noche nítido, inmenso.
Coro: Comandante Carlos, Carlos Fonseca, tayacán vencedor de la muerte, novio de la patria rojinegra Nicaragua entera te grita: ¡presente!
Coro: Comandante Carlos, Carlos Fonseca, tayacán vencedor de la muerte, novio de la patria rojinegra Nicaragua entera te grita: ¡presente!
Cuando apareciste llegaste a nosotros con tus ojos miopes azules intensos, fuiste desde entonces el hermano terco, indeclinable, sempiterno. Fuiste mecanógrafo, hormiga, martillo y al día siguiente de nuestro encuentro vimos tus letreros sumercidos en todos los muros de nuestro pueblo.
Coro: Comandante Carlos...
Un abala en la selva de Zinica penetró en tu recio corazón de santo y estalló tu sangre en nuestras vidas como una gigante bomba de contacto. Desbordante de amor hacia los hombres, trinitaria roja tu pecho desnudo, tus ojos azules generosos apuntando firmes hacia el futuro.
Coro: Comandante Carlos...
Cuando los afiches del tirano sean insepultas huellas de la escoria; cuando los traidores y cobardes sean referencias de una vieja historia. Las generaciones venideras de la Nicaragua libre y luminosa van a recordarte eternamente con tu carabina disparando aurora.