Después de tanto tiempo al fin te has ido y, en vez de lamentarme, he decidido tomármelo con calma. De par en par he abierto los balcones, he sacudido el polvo a todos los rincones de mi alma.
Me he dicho que la vida no es un valle de lágrimas... y he salido a la calle como un explorador. He vuelto a tropezar con el pasado y he decidido, en el bar de mis pecados, otra copa de ron.
Y en otros ojos me olvidé de tu mirada y en otros labios despisté a la madrugada y en otro pelo me curé del desconsuelo que empapaba mi almohada.
Y en otros puertos he atracado mi velero y en otros cuartos he colgado mi sombrero, y una mañana comprendí que aveces gana el que pierde a una mujer.
Con el cartel de libre en la solapa he vuelto a ser un guapo entre las guapas chulapas de Madrid, sólo me pongo triste cuando alguno, en el momento más inoportuno, me pregunta por ti.