ALUSIÓN A LA MUERTE DEL CORONEL FRANCISCO BORGES (1833-74)
Lo dejo en el caballo, en esa hora; crepuscular en que buscó la muerte; que de todas las horas de su suerte ésta perdure, amarga y vencedora. Avanza por el campo la blancura del caballo y del poncho. Tristemente Francisco Borges va por la llanura. Esto que lo cercaba, la metralla, esto que ve, la pampa desmedida, es lo que vio y oyó toda la vida. Está en lo cotidiano, en la batalla. Alto lo dejo en su épico universo y casi no tocado por el verso.