Cuando te encuentro, ruego que no mires, que tu mirada me aviva el dolor; seguí tu camino, tu senda florida, dejá que mi vida prosiga sin vos; no sea que un día me encuentre entre copas y tire por el suelo mi hombría y mi honor.
Yo... por vos hice trizas... mi paz, mi hogar y mi fe... Hoy... sólo quedan cenizas de todo lo que ayer fue; yo soñé un mundo de amor y de esperanza la noche que entre besos te pude llamar mía, maldigo ahora del fondo de mi alma la ilusión lejana que tu boca mintió.
Me has hecho daño, mi vida siempre ha sido juguete tuyo, pasión y dolor; ya no quiero verte, quisiera olvidarte, matar mi cariño tras otra ilusión; no sea que un día me encuentre entre copas y tire por el suelo mi hombría y mi honor.